- Conflictos para negociar acuerdos, tomar decisiones y/o resolver problemas que afectan a ambos miembros de la relación de pareja.
- Infidelidad.
- Control y Celos.
- Insatisfacción por la rutina.
- Problemas con las familias de origen.
- Dificultad para tener, mantener o consolidar la relación de pareja de forma sana.
- Aumento de la comprensión mutua y apoyo emocional entre los miembros de la familia.
- Mejora del funcionamiento de la familia a diferentes niveles.