¿De qué manera puede afectar la educación que recibe un niño con este tipo de trastorno?
Es imposible hablar de dificultades del aprendizaje y no hacer referencia al tipo de educación que recibe el niño o niña en casa en estos casos concretos. El ambiente del hogar puede haber dado lugar a aprendizajes de determinados comportamientos que puedan ser perjudiciales en ese niño o niña en particular. En ocasiones, sin ser conscientes, a los niños se les permite no afrontar determinadas situaciones para demostrar que «se preocupan por ellos». Pero posiblemente esto lo que ocasiona es que el niño haya recibido una mala lección de la vida, aceptando ser «bien tratado» pero no aprendiendo la conducta correcta y a aprender a ser autónomo. Por ello, uno de los objetivos más importantes para tratar a un niño con esta dificultad del aprendizaje, empieza en casa y en los hábitos que puedan estar interfiriendo en la conducta.
Por parte de los padres importante comunicar en el centro educativo que el menor tiene esta dificultad, y que hay que tenerla en cuenta. El profesorado debe estar preparado y saber cómo reaccionar en cualquier situación que pudiera acontecer con el objetivo de reconducirla.
¿Cuándo se convierte en un problema el TDAH?
Todos sabemos que los niños, como norma general no paran de moverse. Hemos escuchado a algunos padres de niños con este tipo de trastorno decir que ellos de pequeños también eran activos y no eran diagnosticados con esta problemática. El concepto ha ido evolucionando y se podría decir que un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, se convierte en un problema cuando el menor no puede llevar una vida normal y corriente por la afectación del mismo. En ese momento es cuando es necesario intervenir. ¿Cómo es una «vida normal y corriente»? Entendemos que este concepto significa una rutina donde se pueda apreciar unas relaciones personales normales o un rendimiento académico que le permita continuar desarrollándose como cualquier otro alumno.
El TDAH responde a un trastorno de origen neurológico que supone una disminución de la atención, un exceso de motricidad e impulsividad. Este trastorno tiene una alta carga genética y por tanto puede heredarse de padres a hijos, aunque también responde a la influencia del ambiente y del aprendizaje. Se puede decir que el TDAH es la dificultad del aprendizaje más dependiente del ambiente y de la educación que recibe el menor, por eso la duda de si nace o si se hace. Es necesario señalar que son diversos los factores que pueden estar influyendo en este tipo de problemática.
Algunos menores con este tipo de trastorno reciben una medicación específica que contrarresta las manifestaciones corrientes de niños con TDAH. Este tipo de fármacos es recetado por médicos.
Actualmente, este trastorno se ha convertido en uno de los más estudiados por parte de la medicina y la psicología. La investigación del mismo, ha generado una gran cantidad de estudios y un elevado número de herramientas terapéuticas, con la intención de poder solucionar los problemas que puedan aparecer al respecto. También ha generado controversia y escepticismo entre muchos profesionales de la psicología.
Respecto a quién se encargaría de advertir la existencia de una problemática así, sería el profesor quién informaría al psicólogo del centro de la aparición de determinadas conductas incorrectas y éste realizaría una evaluación del problema, teniendo en cuenta todos los factores que puedan estar influyendo en la presencia de la situación. A continuación, y a modo de tratamiento, se establecerían las conductas a trabajar, así como las conductas desviadas a evitar tanto en el aula como en casa.
¿Existe el TDAH o no existe?
Hay mucha polémica en cuanto a la existencia o no de tal trastorno. Un gran número de personas considera a esta dificultad en el aprendizaje como algo normal en el desarrollo educativo de los menores. Por otro lado existen datos concretos que señalan la sintomatología del trastorno, pudiéndose demostrar la presencia o ausencia del mismo.