¿Te dices muchas veces, no puedo parar de preocuparme?
A veces nuestros pensamientos se agolpan y no paran de dar vueltas a un tema que nos preocupa sin control. La aparición de estos tiene su origen en un estado alterado de la percepción, donde un hecho normal se puede concebir como molesto o insoportable. Posiblemente, un estado elevado de ansiedad esté afectando a la persona con esos pensamientos de preocupación. Todas las personas, en alguna ocasión nos hemos dicho: no puedo parar de preocuparme. Pero, ¿cuándo son muchas ocasiones?
Esta sensación de haber perdido el control de nuestro cerebro es bastante incómoda. Ya que constantemente se está pensando en situaciones que nos pueden quitar el sueño pero que no se sabe si van a ocurrir o no. No querer vivir esta incertidumbre es lo que mantiene a la persona en vilo. Además de tener la sensación de que no se irá y así no parar de seguir preocupándose.
Miedo a la incertidumbre
El temor a no saber qué ocurrirá, crea una sensación muy desagradable en las personas en esta situación. Habría que preguntarse si ese temor es adaptativo, o todo lo contrario. La persona en cuestión quiere tenerlo todo controlado y no saber qué va a pasar puede suponerle un desgaste hasta que llega la fecha de la situación en cuestión.
Los síntomas que pueden padecer las personas que están constantemente preocupadas pueden ser los siguientes: nerviosismo, intranquilidad, pensamientos de preocupación, respiración agitada, enfado, agobio, estrés, palpitaciones o taquicardias, sudoración, temblor, sequedad en la boca, complejidad para respirar, sensación de ahogo, dolor o malestar en el pecho, náuseas, malestar abdominal, incapacidad para relajarse, dificultad para concentrase, cansarse sin haber realizado esfuerzos que lo justifiquen, irritabilidad, tensión muscular y trastornos del sueño.
A estas personas puede resultarles difícil rechazar los pensamientos sobre preocupaciones, además de tener un temor a perder el control. También pueden sentirse incómodos o raros por no estar preocupándose por nada. En ocasiones estos síntomas se asocian al Trastorno de Ansiedad Generalizada.
¿Cómo sé que los pensamientos me están causando problemas?
Algunas de las preguntas para poder determinar si la persona tiene excesivas preocupaciones o no las tiene, podrían ser: ¿Cuál es el número de situaciones que te dejan preocupada? ¿Cuánto tiempo estás preocupado a lo largo del día? ¿Sientes que has estado preocupada toda la vida? ¿Tan pronto terminas una tarea, empiezas a preocuparte por otra? Cuándo estás presionado por algo, ¿sueles preocuparte mucho? ¿No puedes evitar preocuparte? Cuando no estás preocupado por nada, ¿tienes la sensación de que no estás haciendo algo bien?
Si es tu caso, si te dices muchas veces no puedo parar de preocuparme y, piensas que la ansiedad que te provoca esta situación te está afectando de tal manera que no te permite realizar tu vida con normalidad y si además crees que no puedes controlarlo como te gustaría, te recomiendo acudir a un profesional de la psicología para que, trabajando juntos, puedas solucionar tu problema.
Fuente perfil Doctoralia: Basilio Blanco